Niños y perros: Responsabilidades de los padres

Cuando tenés niños en compañia de un nuevo perro, es de vital importancia tener en cuenta ciertos tips que pueden evitar accidentes.

  1. Nunca, nunca dejes a un niño solo con tu nuevo perro. Ni siquiera por un segundo para darte vuelta y contestar el teléfono. Las relaciones que vemos en la televisión entre niños y perros es una fantasía, no un reflejo de la realidad.
  2. Nadie en la familia debe alentar el juego brusco, la lucha libre o que el perro juegue con la boca con partes del cuerpo humano o ropa. Esto es especialmente relevante cuando un miembro adulto de la casa juega con el perro de esta manera, porque cuando el niño vuelve a excitar al perro, este jugará de la misma manera brusca, poniendo así al niño en riesgo de lesiones.
  3. Debes alimentar a tu perro en un área completamente protegida y lejos de los niños, de esta manera evitarás comportamientos de guardia. También debes alimentar a tu perro con porciones que se terminen rápidamente, de modo que no quede nada en el recipiente para que el perro se quede y proteja. Los tazones vacíos deben guardarse para que el perro no se quede protegiendo el área de alimentación.
  4. La mayoría de los niños no son mordidos por su propio perro, sino por el perro de un amigo o vecino. Esto significa dos cosas: vigilá de cerca a tu propio perro cuando tu hijo traiga un amigo (o amigos) a la casa. Muchos perros toleran mucho del niño de su propia familia, pero no tolerarán a un niño visitante. Los niños visitantes pueden comportarse de manera diferente a tus propios hijos, y podrían molestar a tu perro.
  5. Si tenés un perro pequeño o frágil, no sólo debes preocuparte por los niños, sino también por la seguridad del perro. Los niños no son tan gentiles como los adultos, debido a la falta de control motriz. Por desgracia, a los perros pequeños se les puede hacer mucho daño cuando se los manipula bruscamente. Incluso los perros más grandes tienen zonas sensibles como las colas, orejas y ojos, donde no se necesita mucha fuerza para causar mucho dolor, o incluso un daño permanente.

En conclusión, cuando se trata de niños y perros, nunca se es demasiado cuidadoso. ¡Recordá que no solo debes enseñar a los niños cómo tratar a los perros, sino también supervisar todas las interacciones!

Fuente: Petfinder.com

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