Niños y perros: Responsabilidades de los padres
Cuando tenés niños en compañia de un nuevo perro, es de vital importancia tener en cuenta ciertos tips que pueden evitar accidentes.
- Nunca, nunca dejes a un niño solo con tu nuevo perro. Ni siquiera por un segundo para darte vuelta y contestar el teléfono. Las relaciones que vemos en la televisión entre niños y perros es una fantasía, no un reflejo de la realidad.
- Nadie en la familia debe alentar el juego brusco, la lucha libre o que el perro juegue con la boca con partes del cuerpo humano o ropa. Esto es especialmente relevante cuando un miembro adulto de la casa juega con el perro de esta manera, porque cuando el niño vuelve a excitar al perro, este jugará de la misma manera brusca, poniendo así al niño en riesgo de lesiones.
- Debes alimentar a tu perro en un área completamente protegida y lejos de los niños, de esta manera evitarás comportamientos de guardia. También debes alimentar a tu perro con porciones que se terminen rápidamente, de modo que no quede nada en el recipiente para que el perro se quede y proteja. Los tazones vacíos deben guardarse para que el perro no se quede protegiendo el área de alimentación.
- La mayoría de los niños no son mordidos por su propio perro, sino por el perro de un amigo o vecino. Esto significa dos cosas: vigilá de cerca a tu propio perro cuando tu hijo traiga un amigo (o amigos) a la casa. Muchos perros toleran mucho del niño de su propia familia, pero no tolerarán a un niño visitante. Los niños visitantes pueden comportarse de manera diferente a tus propios hijos, y podrían molestar a tu perro.
- Si tenés un perro pequeño o frágil, no sólo debes preocuparte por los niños, sino también por la seguridad del perro. Los niños no son tan gentiles como los adultos, debido a la falta de control motriz. Por desgracia, a los perros pequeños se les puede hacer mucho daño cuando se los manipula bruscamente. Incluso los perros más grandes tienen zonas sensibles como las colas, orejas y ojos, donde no se necesita mucha fuerza para causar mucho dolor, o incluso un daño permanente.
En conclusión, cuando se trata de niños y perros, nunca se es demasiado cuidadoso. ¡Recordá que no solo debes enseñar a los niños cómo tratar a los perros, sino también supervisar todas las interacciones!
Fuente: Petfinder.com